En casa consumimos energía. Cuando cocinamos, cuando nos duchamos, cuando miramos la televisión, incluso cuando dormimos; siempre estamos consumiendo energía: la nevera está enchufada, el aire acondicionado o la calefacción en marcha, etc. Pero para mejorar nuestra calidad de vida no es necesario aumentar el consumo de energía. En el hogar podemos hacer mucho para ahorrar energía o consumirla de manera más eficiente. A partir de las facturas de la electricidad o del gas, podemos conocer cuál es nuestra manera de consumir energía en casa y, a partir de aquí, tomar medidas para reducir el consumo y, al mismo tiempo, el importe de las facturas.
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